En la era digital, donde la música se consume de forma instantánea y en formatos comprimidos, los discos de vinilo han resurgido con fuerza. Su sonido cálido y analógico, libre de imperfecciones digitales, ha cautivado a una nueva generación de audiófilos. Pero, ¿cómo se graban estos discos tan especiales?
El proceso de grabación de un vinilo:
Captura del sonido:
El primer paso es capturar el sonido de la fuente, ya sea una banda en vivo, una orquesta o un músico solista. Esto se puede hacer mediante micrófonos de alta calidad que se colocan estratégicamente en el estudio de grabación.
Mezcla y masterización:
Una vez que se ha capturado el sonido, se pasa a la etapa de mezcla y masterización. En esta etapa, un ingeniero de sonido ajusta los niveles de cada instrumento, añade efectos y ecualiza la mezcla para obtener el sonido deseado. La masterización se encarga de preparar la mezcla final para su corte en el disco de acetato.
Corte de la laca:
La mezcla final se corta en una laca de cobre, un disco recubierto de una fina capa de material sensible al sonido. Un lápiz óptico especializado vibra de acuerdo con las ondas sonoras de la mezcla, creando un surco en espiral en la laca. Este surco es la base para la creación del disco de vinilo.

Galvanoplastia:
La laca grabada se utiliza como molde para crear un disco metálico llamado “madre”. La madre se recubre de níquel y cromo mediante un proceso llamado galvanoplastia, creando una copia exacta del surco original.

Estampado:
La madre se utiliza para crear “estampadores”, que son discos metálicos con la imagen invertida del surco original. Estos estampadores se presionan sobre discos de vinilo caliente hechos de PVC, creando la forma final del disco.

Etiquetado y empaquetado:
Los discos de vinilo recién creados se etiquetan y empaquetan en sus fundas protectoras. Algunos discos incluso incluyen notas informativas sobre la grabación y los artistas.

La magia del vinilo:
Los discos de vinilo ofrecen una experiencia auditiva única que no se puede replicar en formatos digitales. El proceso de grabación analógico captura la esencia de la música, preservando los detalles y matices que se pierden en la compresión digital.
Conclusión:
La grabación de discos de vinilo es un proceso artesanal que requiere precisión, experiencia y pasión por la música. Cada disco es una obra de arte única que contiene la magia de la grabación analógica. Si estás buscando una experiencia auditiva auténtica y enriquecedora, no hay mejor opción que escuchar música en un disco de vinilo.